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Es política y líder de opinión. Se ha desempeñado como diputada Federal en las Legislaturas LXI y LXIII. Cuenta con más de 20 años de experiencia en análisis político mexicano e internacional. Actualmente se desempeña como empresaria, líder de opinión y columnista en diversos medios de prensa y televisión. X: @asarur IG: @adrianasarur
Detener la ‘otra campaña’
La realidad electoral está marcada por la intimidación y la democracia mexicana es desafiada por el crimen. Se necesitan estrategias para resolver la violencia que envuelve a México.
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La realidad electoral está marcada por la intimidación y la democracia mexicana es desafiada por el crimen. Se necesitan estrategias para resolver la violencia que envuelve a México.
Hace 30 años el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) emergía desde la selva lacandona en Chiapas para visibilizar a “los olvidados”. Su vocero, el subcomandante Marcos, ahora subcomandante Galeano o Delegado Zero, sostuvo una prosa que se convirtió en guerrilla desestabilizando al gobierno salinista.
Para 2005, previo a la primera contienda electoral en la que participó López Obrador, lanzó la Sexta Declaración de la selva lacandona, mejor conocida como la “otra campaña”, enviando un mensaje a todo el país de inclusión y diferenciación.
En estos comicios no ha habido señalamiento por parte del EZLN ni los comunicados escritos con poesía y emoción. Hoy lo que tenemos como la “otra campaña” es la violencia ejercida contra candidatos y candidatas y personas inmiscuidas en el trabajo partidista.
Esta “otra campaña”, orquestada presuntamente por el crimen organizado, no respeta partidos, ni género, ni alguna otra característica -institucional-, los 18 aspirantes asesinados en lo que va del proceso electoral (en el año en curso) han sido hombres y mujeres del PAN, de Morena, del PRI, de MC, del PRD; hombres y mujeres que buscaban un cargo a elección popular en su comunidad, ya sea en Michoacán, Guerrero, Jalisco, Estado de México, Colima, Chiapas y Morelos, sin que esto cause revuelo a nivel nacional.
Esto es, sin duda, un reflejo de la violencia que vive el país en cualquiera de sus ámbitos, desde el Río Bravo hasta el Suchiate. Desde 2018 a la fecha se cuentan más de mil 600 ataques o amenazas y casi 120 asesinatos, según Data Cívica. También significa un duro golpe a la democracia mexicana que se encuentra sumida en un alto mar de inseguridad. Tal y como pasó en las elecciones de 2021, donde miles de mexicanas y mexicanos no pudieron efectuar su voto por falta de condiciones, por intimidaciones, por miedo.
Aún faltan más de dos meses de campaña y lo seguro es que esta “otra campaña” y su violencia cruenta no va a parar. Las candidatas y el candidato a la presidencia han pedido protección, además de 3 aspirantes a gubernaturas, 7 al senado y 10 más que quieren ser diputados federales, sin embargo, sabemos que la violencia no se detendrá por eso, lo que se necesita son estrategias claras para resolver la violencia que envuelve el país, a la “otra campaña”, la que azota a México permanentemente y no sólo en campañas electorales.