Mon Laferte brinda recital de baile y canciones que curan el corazón en el Auditorio Nacional
Si el coloso de Paseo de la Reforma retumbó con Tu falta de querer fue en gran parte por personas que cantaron como si llevaran una profunda herida en el corazón.
Si el coloso de Paseo de la Reforma retumbó con Tu falta de querer fue en gran parte por personas que cantaron como si llevaran una profunda herida en el corazón.
El concierto de Mon Laferte en el Auditorio Nacional estaba por terminar. Una niña de escasos 7 años lo sabía, así que dejó toda su voz en esa última canción.
Si el coloso de Paseo de la Reforma retumbó con Tu falta de querer fue en gran parte por personas como la pequeña que cantaba como si llevaran una profunda herida en el corazón.
“Ven, cuéntame la verdad. Dime por qué. No, no, no. Cómo fue que me dejaste de amar, yo aún podía soportar tu tanta falta de querer”, cantó, gritó y vivió la menor, junto con poco más de 10 mil personas.
“Aquí también se viene a llorar”, dijo la cantante chilena-mexicana, momentos antes de interpretar el tema que la puso en los aparadores del continente.
El concierto del 23 de octubre fue su octavo Auditorio Nacional, reveló una conmovida Mon Laferte, que quería quedarse por más tiempo en el escenario.
Y es que la energía de sus seguidores la hizo beber un fondo de vino, dejar que el recinto cantara sus temas, le corearan Mon, hermana, ya eres mexicana, y la hicieran conmoverse casi hasta las lágrimas.
Un viaje por 20 años de trayectoria
“De a 50 las coronas”, voceaban decenas de vendedores en las inmediaciones del Auditorio Nacional, mientras cientos de personas se apresuraban para ingresar al recinto y formar parte del Auotopoiética tour de la cantante mexicana.
Al filo de las 21:00 horas, las coronas vendidas eran las únicas luces que daban color a un recinto que respiraba oscuridad.
La falta de luz en el escenario desató la locura en las personas asistentes al concierto.
“Buenas noches, Ciudad de México”, clamó la cantante chilena para dar paso a un carrusel de seis temas de su más reciente álbum de estudio, el cual da nombre a la gira.
El baile, los gritos, los celulares grabando y las voces desgarrándose no se hicieron esperar durante los seis actos de los cuales se compuso el concierto.
Voces desgarradas en el Auditorio Nacional de Mon Laferte
“Se van a quedar sin voz y mañana no va a poder hablar”, le dijo un señor de aproximadamente 45 años a sus dos hijos, una adolescente y un menor de unos 10 años, que no pararon de cantar a lo largo de las casi tres horas de show.
“Mi buen amor, si no quieres regresar, por qué me vuelves a buscar, no me pidas que te dé una última noche…”, clamó el Auditorio Nacional, mientras la cantante se deleitaba con la voz de su público.
El show fue para todas, todos y todes, pues Mon Laferte incluyó un desfile de personas de la diversidad sexual, quienes salieron a lucir sus mejores pasos y, sobre todo, el recordatorio de que en la música cabe todo el mundo.
Además del baile, Mon Laferte se dio tiempo para poner a su público nostálgico, con una serie de boletos que hicieron que más de una persona soltara una lágrima, mientras le cantaban a ese amor que ya no existe.
Pero así como les hizo llorar o suspirar, también los devolvió al éxtasis y al baile con Amárrame.
Sobre el final, cuando el reloj ya comenzaba a coquetear con la medianoche, Mon Laferte se plantó en el centro del escenario, ante la expectativa de su público, y tomó su guitarra eléctrica y regaló el momento cumbre de su concierto.
“Esta canción la escribí cuando me rompieron el corazón”, dijo con una luz tenue sobre el rostro y la emoción de sus fanáticos y fanáticas.
De su guitarra salieron los primeros acordes de Tu falta de querer. La emoción iba en aumento en todos los asientes, pero en especial en uno de la parte lateral derecha. Una niña de escasos siete años daba saltitos en su asiente, mientras alistaba su garganta para cantar.
“Ven, cuéntame la verdad. Dime por qué. No, no, no. Cómo fue que me dejaste de amar, yo aún podía soportar tu tanta falta de querer”, cantó, gritó, vivió, junto a otras 10 mil almas que por cuatro minutos dejaron su garganta y el desamor acompañados de a voz deMon Laferte.
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