Carlos & Camila: 19 años de casados y una turbulenta historia de amor
La pareja contrajo matrimonio en una discreta ceremonia civil de apenas veinte minutos a la que no asistieron la reina Isabel II ni su esposo, el duque de Edimburgo.
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La pareja contrajo matrimonio en una discreta ceremonia civil de apenas veinte minutos a la que no asistieron la reina Isabel II ni su esposo, el duque de Edimburgo.
Fue el 9 de abril de 2005 que, luego de un turbulento romance, Carlos y Camila pudieron finalmente cristalizar su amor con una boda que recibió la bendición de la reina Isabel II.
Ella vestía de blanco y él de chaqué, ambos llegaron al Ayuntamiento de Windsor desde el castillo en un lujoso Rolls-Royce Phantom VI de 1962 que perteneció a la reina Madre, desde el que saludaron sonrientes al público, que portaba banderas y gorros con la “Union Jack”.
La llegada de los novios al Ayuntamiento fue saludada por aplausos y gritos de miles de personas que esperaban ver ansiosos a los recién casados.
Carlos y Camilla contrajeron matrimonio en una discreta ceremonia civil de apenas veinte minutos a la que no asistieron la reina Isabel II ni su esposo, el duque de Edimburgo, y en la que estuvieron presentes sólo 28 personas.
Mientras la ceremonia civil tenía lugar en el interior del Ayuntamiento, en el exterior una banda de música compuesta por ocho adolescentes animaba al público con jazz y una versión moderna del concierto de Aranjuez.
La ceremonia estuvo a cargo de la superintendente del registro civil de Windsor, Clair Williams, en la sala “Ascot”, que estuvo adornada con lilas procedentes de Highgrove, la residencia campestre del príncipe de Gales en Gloucestershire, oeste de Inglaterra.
La pareja eligió lilas porque en este país simbolizan el retorno de la felicidad.
Acudieron al enlace los dos hijos de Carlos, los príncipes Harry y Guillermo, quien fue testigo, y los dos vátagos de Camilla, Laura y Tom, que fue el otro testigo de la boda.
Los grandes ausentes en el enlace fueron la reina Isabel II y su esposo, el duque de Edimburgo, quienes, no obstante, acudieron a la bendición en la capilla de San Jorge del castillo, misma que estuvo presidida por el arzobispo de Canterbury, Rowan Willams.
La llegada más aplaudida por el público fue la de los hijos de Carlos, los príncipes Guillermo, de entonces 22 años, y Harry, de entonces 20 años de edad, ambos vestidos con elegantes chaqués al igual que el resto de los asistentes al enlace.
“¡Viva Carlos!”, “¡Camilla!” o “Vivan los novios” fueron algunos de los gritos de la gente a las afueras de donde se realizó la boda.
Los recién casados, ya como marido y mujer, saludaron discretamente antes de subir otra vez al Rolls-Royce para regresar al castillo de Windsor, antes de ir a la capilla de San Jorge.
Con información de EFE