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Es política y líder de opinión. Se ha desempeñado como diputada Federal en las Legislaturas LXI y LXIII. Cuenta con más de 20 años de experiencia en análisis político mexicano e internacional. Actualmente se desempeña como empresaria, líder de opinión y columnista en diversos medios de prensa y televisión. X: @asarur IG: @adrianasarur

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El histórico regreso de la izquierda en Francia y Reino Unido redefinen el mapa político de Europa. ¡Sorpresas electorales que, sin duda, marcará el futuro de la UE! Foto: Envato Elements

La primera semana de julio de 2024 estará en los libros de historia, y para Europa significó una semana con sorpresas electorales en Reino Unido y en Francia. El regreso de la izquierda francesa, con una coalición de partidos sin precedentes, un avance de la ultraderecha personificada por Marine Le Pen y dejando al centro de Macron en un naufragio. En Gran Bretaña el Partido Laborista ganó en curules, aunque no avanza mucho en votos, y vuelve al número 10 de Downing Street después de 14 años de ausencia. ¿Pero esto significa el retorno de la izquierda? Veamos.

En las elecciones francesas, Macron tomó la decisión de adelantarlas ante un escenario adverso en los comicios europeos. En la primera vuelta, la Reagrupación Nacional de Marine Le Pen sorprendió a propios y extraños, sin embargo, en una gran jugada entre los macronistas y los distintos miembros del Nuevo Frente Popular (incluida la Francia Insumisa de Mélenchon) de “sacrificar” a candidaturas para crear el “cerco sanitario” en contra de RN, resultando -como es en política- ganancias asimétricas para lograr un bien común. Las izquierdas podrán colocar al nuevo primer ministro de cara a las presidenciales de 2027.

En el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte la situación también es compleja y los resultados no son tan fáciles de leer. Aunque los laboristas tienen un resultado similar al de 1997 con Tony Blair a la cabeza, obteniendo 412 escaños (del total de 650) suficientes para gobernar sin tener que llegar a acuerdos con las demás fuerzas políticas, su nivel de votación (34%) se asemeja a las elecciones de 2019 y por debajo de las de 2017. La estrategia de Keir Starmer fue correrse al centro, no entrar en debates duros como el apoyo a Palestina o Kiev, mantenerse fuera de la Unión Europea y “revisar” las tasas tributarias a los ricos. Con esto perdió distritos importantes para los laboristas, pero ganaron mucho más.

Así, a la luz de lo visto en Francia o en UK, el retorno de la izquierda europea es más bien una vuelta formal, pero no lo será en política pura y dura.

En Francia, Macron intentará que los extremos del cartesiano político no tomen protagonismo y luchará porque Mélenchon y Le Pen se desdibujen.

Por su parte, Starmer tendrá que mantener a Farage, impulsor del Brexit y con políticas de ultraderecha, sin que tome fuerza desde su escaño, así como a los independientes que ganaron gracias al voto musulmán. Este retorno de la izquierda es más bien hacia el centro.

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