Lo que AMLO se llevó

Es política y líder de opinión. Se ha desempeñado como diputada Federal en las Legislaturas LXI y LXIII. Cuenta con más de 20 años de experiencia en análisis político mexicano e internacional. Actualmente se desempeña como empresaria, líder de opinión y columnista en diversos medios de prensa y televisión. X: @asarur IG: @adrianasarur

Lo que AMLO se llevó Lo que AMLO se llevó
El presidente Andrés Manuel López Obrador habla durante su conferencia de prensa matutina este lunes. Foto: Mario Guzmán/EFE.

En tan solo tres días López Obrador ya no será más el presidente de México. Con su partida, la evaluación de su sexenio despierta opiniones divididas -así como se encuentra el país-, y como ha dicho en repetidas ocasiones, no aceptará ningún cargo, no dará conferencias ni saldrá del país, dice que se irá a su rancho en Chiapas y, dejará atrás la vida pública y política. No creo que lo haga, pero decida lo que decida, debemos señalar lo que ha dejado el obradorato, lo que se ha llevado.

López Obrador, incluso antes de asumir la presidencia, impuso la agenda pública. Medios de comunicación tradicionales, redes sociales, charlas de café y sobremesa, todas y todos los mexicanos charlamos acerca de lo que el presidente decía. Podemos estar a favor o en contra, pero acertó en su comunicación política durante todo su sexenio, claro, aderezada de frases pegajosas, sobrenombres (como fifís) y cortinas de humo. Además de entender a su auditorio, el -todavía- presidente también tuvo acciones relevantes como el aumento al salario mínimo y los programas sociales.

Sin embargo, aludiendo a la clásica película, lo que Amlo se llevó fue el quehacer efectivo de la Administración Pública en todos los niveles y ámbitos de actuación. Siempre mencionando actos de corrupción, decidió cortar con una sierra eléctrica lo que debió haber sido focalizado, una incisión con bisturí. Tales son los casos del aeropuerto de Texcoco, el cierre de las estancias infantiles, el seguro popular; o acabar con instituciones completas como los organismos autónomos, el desmantelamiento del Conacyt o el intento de desmontar al INE y toda su estructura administrativa y su servicio profesional de carrera, mismo que también golpeó en la diplomacia mexicana y otras entidades.

De esta desmantelación de la administración pública devienen en muchas de las fallas que existieron en este sexenio, pues siguiendo su dicho de 90 por ciento lealtad y 10 % de experiencia (o técnica), vivimos un sexenio con una pésima gestión de la pandemia y de todo el sistema de salud. También vamos a padecer el “nuevo” sistema educativo, con libros de texto plagados de errores y de una ideologización innecesaria para la niñez y adolescencia mexicana. Sumado a la terrible gestión en turismo, energía y, entre otros, el sistema carretero de todo el país.

Este será uno de los principales retos de Sheinbaum, restaurar la técnica y capacidad de la administración y políticas públicas. Dentro del gobierno hacer política importa, también comunicar bien, pero más aún es trabajar y dar resultados a la ciudadanía.

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