Las órdenes ejecutivas y el poder
Perístasis

Académico de la Facultad de Derecho de la UNAM, socio de la firma Zeind & Zeind y miembro del Sistema Nacional de Investigadores.

X: @antoniozeind

Las órdenes ejecutivas y el poder Las órdenes ejecutivas y el poder
Donald Trump jura como 47º presidente de Estados Unidos en la Rotonda del Capitolio en Washington, DC, Estados Unidos, el 20 de enero de 2025. Foto: EFE/EPA/SAUL LOEB / POOL

Con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, se están comenzando a ver despliegues de poder lo suficientemente claros para que más allá de las fronteras de los Estados Unidos existe, al menos, diversas inquietudes.

Aunado a un discurso que en no pocas ocasiones ha incurrido en exageraciones e, incluso en mentiras, las escenas que en los últimos días hemos podido ver es la de un jefe de Estado con la suficiente voluntad y fuerza para generar cambios en el orden mundial. Aunado a ello, el respaldo expreso que las más grandes fortunas del mundo han demostrado para el nuevo presidente, ha dejado claro que el poder político y el poder económico a menudo conviven y colaboran.

El hecho de que una persona haya logrado reunir a las más grandes fortunas del mundo y que además haga a algunas de esas personas partícipes de la administración que encabezará los próximos 4 años, puede dar algunas luces sobre los efectos que generarán las decisiones que en lo subsecuente tome y que, de entrada, ya ha producido cambios en las políticas de grandes empresas como Facebook, misma que tiene un alcance global.

Cabe recordar que, en un sistema de pesos y contrapesos como el estadounidense, las medidas que tome la persona que encabeza la presidencia deben estar en todo momento previstas en la norma, tarea que por definición corresponde al Poder Legislativo. Sin embargo, dicha persona tiene la posibilidad de firmar las conocidas como órdenes ejecutivas o decretos, mismos que se tratan de directrices cuya entrada en vigor es inmediata y que deben ser observadas por todo el personal subordinado a la presidencia, es decir, la administración pública.

Desde el primer día como presidente de los Estados Unidos, Trump firmó 41 órdenes ejecutivas con las que básicamente ha perseguido dos objetivos: el primero es suprimir las medidas tomadas por su antecesor Joe Biden y, el segundo, acelerar la implementación de diversos propósitos que desde sus campañas había establecido como ejes de sus respectivos periodos al frente de la presidencia de aquel país.

De dichas órdenes ejecutivas ha llamado la atención no solamente el número de estas, sino los efectos que tendrán y que, en algunos casos, van más allá de las facultades con que cuenta este servidor público. Si bien muchas de ellas se circunscriben a la administración propia del aparato a su cargo, otras se caracterizan por ser un mero ejercicio retórico, habiendo también las que conllevan una regresión en lo relacionado con los derechos humanos y, de manera preocupante para la democracia estadounidense, existen las que contradicen principios establecidos por la Constitución de los Estados Unidos.

Ha sorprendido que con actos de este tipo se ordene la retirada del Acuerdo de París y de la Organización Mundial de la Salud, la cancelación del derecho de asilo, el indulto a más de 1500 personas que participaron al asalto al Capitolio, la declaración de emergencia en su frontera sur, la supresión de diversas regulaciones medioambientales, la eliminación del reconocimiento de diversas identidades de género, la suspensión del programa de admisión de refugiados o la claramente inconstitucional supresión de la ciudadanía por nacimiento (misma que ya ha sido controvertida jurídicamente por diversos estados).

Como puede verse, los retos que en adelante plantea el liderazgo de una persona tanto en el territorio que gobierna como más allá, pondrán a prueba a la democracia, al Estado de derecho y, desde luego, a países que como el nuestro vivirán los efectos de una persona con mucho poder, rodeada de personas con mucho poder y con los instrumentos para que sus decisiones tengan efectos aún fuera de sus fronteras.

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