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Periodista y abogado con más de 35 años de trayectoria. Reportero, comentarista y consultor experto en temas jurídicos. Premio Nacional de Periodismo José Pagés Llergo 2011. Especialista en el Poder Judicial de la Federación y analista político.
X: @jenroma27
La contramañanera de juzgadores federales
Un ejercicio de comunicación como el que se ha emprendido por valerosos juzgadores es el único método civilizado para defenderse en esta batalla desigual contra el aparato del Estado.
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Un ejercicio de comunicación como el que se ha emprendido por valerosos juzgadores es el único método civilizado para defenderse en esta batalla desigual contra el aparato del Estado.
Más vale tarde que nunca, dice el dicho y aplica para establecer que era indispensable salir a desmentir una narrativa embustera que se implantaba ante la opinión pública sin que mediaran contrastes que documentaran falsedades repetidas miles de veces desde el púlpito presidencial.
En los últimos meses un grupo de juzgadores federales ha cambiado radicalmente los usos y costumbres de su investidura. De ese arcaico “sólo hablamos a través de nuestras sentencias” al activismo intenso que han hecho valer en redes sociales, manifestándose en las plazas públicas, protestando ante el Congreso y venciendo atavismos para salir a dar entrevistas en los medios de comunicación. No tengo duda de que si este mecanismo hubiese sido practicado durante el último año del sexenio anterior, para Andrés Manuel López Obrador no habría sido tan sencillo vulnerar al Poder Judicial de la Federación, pero damas y caballeros el hubiera no existe, esas oportunidades perdidas fueron costosas y surtieron efectos negativos.
Cómo se dice en términos futbolísticos, el partido que se juega ahora está roto, se trata de vencer o morir, o de ser el caso, vender carísima la derrota en la que se representa nuestra democracia constitucional. Debo confiar que desde que el ex presidente hizo pública su intención de reformar dolosamente al Poder Judicial e imponer la estupidez de la elección de juzgadores a través del voto popular, me atreví a externar ante diversos personajes dentro y fuera de esa institución el planteamiento de una “contramañanera” que de inmediato exhibiera la narrativa de interpretaciones mañosas coronada por los otros datos que torpedearon con muchas falsedades la imagen de la impartición de justicia.
No hablo de un mundo perfecto que no existe; cada exceso, omisión, acto irregular, protagonismo barato o caso de nepotismo fue plenamente aprovechado por los detractores de la Suprema Corte y la Judicatura, encabezados por el mismo Presidente de la República con su incisivo afán de venganza. El nivel de confrontación entre Ejecutivo y Judicial es inédito y el primer gran error de Claudia Sheinbaum es comprar tan barato la misma tendencia de descalificaciones, tal pareciera que sigue un guion dictado desde Palenque y que es incapaz de desarrollar un estilo propio para mesurar tantos despropósitos heredados. La primera presidenta en la historia de México refrenda el desprecio por el derecho y el tropiezo tendrá graves consecuencias en la interacción comercial de nuestro país, sus calificaciones de confianza y la eventual revisión del T-MEC a pesar del discurso ramplón y fácil de Marcelo Ebrard que entendiendo la magnitud del deterioro institucional, lo minimiza desde la Secretaría de Economía para negar una crisis constitucional evidente.
Desde el Legislativo y Ejecutivo se reitera una convicción golpista contra la autoridad de los jueces en materia de amparo. A estas alturas, después de tantos atropellos todavía hay quienes con ingenuidad complaciente o afán de quedar bien con el régimen hacen la pregunta ¿Puede una juez de distrito emitir una suspensión primero provisional y luego definitiva al ordenar que se elimine del Diario Oficial la publicación de una reforma que tuvo múltiples violaciones de procedimiento legislativo y anuló la división de poderes? La respuesta es muy básica y afirmativa, pero no hay voluntad para acatar, en tanto se resuelve el fondo de este dilema.
La naturaleza de una suspensión no es resolver el juicio en definitiva, sino evitar que se sostenga un daño irreparable mientras se decide el desenlace, es decir el fondo en definitiva. Esto lo sabe un joven de preparatoria que estudia introducción al estudio del derecho, pero lo niega Sheinbaum aconsejada irresponsablemente por sus asesores jurídicos, entre ellos una limitada Ernestina Godoy y un jurista perverso como Arturo Zaldívar.
¡Nancy Juárez Salas, Juez Décimo Noveno de Distrito en Coatzacoalcos, Veracruz no se extralimitó en sus funciones! El amparo es la institución jurídica de control constitucional por excelencia. La juzgadora tiene atribuciones para suspender y la presidenta de acatar la decisión como autoridad responsable. Esta es la primera aclaración contundente que emana de la “contramañanera”. Es determinante hacerle frente a cada mentira repetida por la Consejera Jurídica y la propia Sheinbaum que no está obligada a profundos conocimientos jurídicos, pero sí a ser responsable y acatar el juramento que hizo hace 23 días al recibir la banda presidencial en un acto republicano que dio inicio a su mandato.
Retomo una reflexión de José Woldenberg publicada en días recientes, para el gran politólogo universitario, la demagogia del régimen morenista se atribuye la representación absoluta del “pueblo” con el único propósito de justificar cualquier tipo de arbitrariedad:
“Cuando cualquiera cree que habla por esa masa millonaria, amorfa, contradictoria, como si se tratara de un bloque claramente delimitado, uniforme y unificado, entonces se abre la puerta para que cualquier capricho u ocurrencia pueda ser presentado como las aspiración del pueblo”.
Esa es precisamente la más grande falsedad de las mañaneras desde que se inventaron para calumniar a quienes exhibieron consistentemente el teatro manipulador del obradorato.
Sólo la verdad sustentada en hechos puntuales y expuesta con transparencia ante la opinión pública surtirá el efecto de antídoto contra los infundios apuntalados desde el sistema marca Goebbels.
La forma en la que el gobierno mexicano y su secta de legisladores hacen el ridículo ante el mundo es grotesca. Les guste o no, hay principios que aplican sin concesiones en las repúblicas verdaderamente democráticas y uno de ellos es el derecho del juez a su independencia, la división de poderes y el respeto a las decisiones jurisdiccionales en las que participa el Ejecutivo como una de las partes en juicio. Dice la Corte Interamericana de Derechos Humanos “La cooptación de los órganos judiciales por otros poderes afecta transversalmente la institucionalidad democrática y en esa medida constituye un riesgo para el control del poder y la garantía de los derechos humanos”.
La violación no sólo se circunscribe a las legítimas suspensiones en vía de amparo contra actos que vulneran derechos fundamentales, sino que también transgrede las convenciones y tratados que México está comprometido a respetar en la materia.
Por eso un ejercicio de comunicación como el que se ha emprendido por un valeroso grupo de jueces y magistrados es el único método civilizado para defenderse en esta batalla desigual contra el poderoso aparato del Estado.
A estas alturas no es una misión sencilla, implica riesgos que se materializan en tácticas de persecución, descalificación y amenaza que se operan desde la estructura del Ejecutivo con dinero público.
¿Cómo empezó la conferencia matutina de juzgadores federales?
En medio del torbellino de esta crisis constitucional, la comunicación entre casi 1500 jueces y magistrados se retroalimentó a través chats y en una reunión por videoconferencia decidieron por sus propios medios emprender convocatorias diarias a los periodistas para hacer inmediatas aclaraciones sobre lo dicho desde Palacio Nacional respeto a los temas de la reforma. Por obvias razones hay mucha tela de donde cortar, aunque insisto, me parece tardío es un mecanismo adecuado ante el discurso de infundios sobre el Poder Judicial. Lo curioso es que la Dirección General de Comunicación Social del Consejo de la Judicatura Federal ha decidido no involucrarse, ni siquiera para auxiliar en la logística básica de atención a los reporteros en la sede alterna de Av. Revolución 1508, sitio donde tiene lugar el ejercicio.
EDICTOS
Cuando es tanto el poder y tan limitados los alcances de quienes lo detentan, surge el llamado “síndrome de la chimoltrufia”. Es el caso de los Senadores morenistas encabezados por Adán Augusto López. El martes por la tarde anunciaron una iniciativa para eliminar el conocido control de convencionalidad, establecido como un enorme logro en el artículo uno de nuestra Constitución. Una tontería químicamente pura que volvió a evidenciar el abuso de poder y hasta la ignorancia de los legisladores del régimen en la Cámara Alta, entre ellos Gerardo Fernández Noroña y Ricardo Monreal. Estos dislates reiteran irresponsabilidad de los operadores de Claudia Sheinbaum que el miércoles por la mañana tuvo que recular tras semejante barbaridad. ¿Quiénes hicieron quedar mal a la presidenta? ¿Quién se brincó las trancas? Sostener lo que proponían haría aún más profundo el papelón internacional que estamos protagonizando ante juristas de organismos protectores de los derechos humanos que revisan con lupa el devenir de esta catástrofe jurídica que tendrá consecuencias negativas para México. Los beneficios obtenidos del T-MEC están al borde del precipicio en medio de la ebullición electoral en los Estados Unidos. Parte del costumbrismo kafkiano marca 4T.