Hagsploitation y La sustancia
HÍBRIDO

Como crítico de cine y música tiene más de 30 años en medios. Ha colaborado en Cine Premiere, Rolling Stone, Rock 101, Chilango, Time Out, Quién, Dónde Ir, El Heraldo de México, Reforma y Televisa. Titular del programa Lo Más por Imagen Radio. X: @carloscelis_

<em>Hagsploitation</em> y La sustancia <em>Hagsploitation</em> y La sustancia
Demi Moore en La sustancia. Foto: Mubi.

Hagsploitation es como algunos llaman a un subgénero cinematográfico que consiste en explotar la imagen de las mujeres de edad avanzada para lograr un efecto en el público que, principalmente, es provocar horror. No es el término más halagador ni más adecuado, y había caído en desuso por misógino y discriminador, pero ahora ha resurgido porque otra vez se están realizando películas que quieren causar ese mismo efecto.

Entre las más destacadas de esta nueva ola de hagsploitation está La sustancia (The Substance, 2024), un inesperado éxito que ha logrado mantenerse por varias semanas entre las películas más vistas en México y cuyo principal atractivo para algunos cinéfilos es la actuación de Demi Moore, quien fuera alguna vez de las consentidas del público por películas como Ghost (1990) y Una propuesta indecorosa (1993).

Ahora, a los 61 años de edad, Moore está viviendo un resurgimiento gracias a esta película que los críticos han clasificado con otro subgénero, el body horror (horror corporal), un estilo de cine que causa terror al mostrar alteraciones en el cuerpo humano. Incluso, hoy se habla de que esta es la mejor actuación de Demi Moore y que La sustancia ya es la película más vista en nuestro país de toda su carrera.

Lamento ser un aguafiestas, pero más allá de ser una película sangrienta y entretenida (para algunos), es un claro ejemplo de explotación del cuerpo femenino para el entretenimiento del público, y si bien es una película realizada por mujeres (la directora es Coralie Fargeat) con el total consentimiento de Demi Moore, no deja de ser una incursión en el cruel mundo de la hagsploitation, detalle que muchos críticos han preferido omitir.

Actualmente, la edad de Moore es mayor a la que tenían Bette Davis y Joan Crawford cuando realizaron What Ever Happened to Baby Jane? (1962), que es considerada como la película que dio origen al subgénero de la hagsploitation (aunque tal concepto empezó a usarse mucho después) y que marcó la carrera de ambas, pues lejos de significar un resurgimiento fue el inicio de su decadencia.

Con todo y que Bette Davis recibió una nominación al Oscar como Mejor Actriz por tal película, esta fue la última vez que se le consideró para el premio y lo que siguió fue una repetición del mismo tipo de papeles en películas como Dead Ringer (1963), Hush Hush Sweet Charlotte (1964) e incluso la que sería su última, Wicked Stepmother (1989). Después de ella varias actrices veteranas se han reinventado dentro del género del terror, pero este no es el futuro que queremos para Demi Moore.

Hag”, que en español significa “anciana” o “bruja”, es la raíz de esta palabra y del cine que hoy nos ocupa, y aunque se utiliza con cierta ironía y humor es un término despectivo. Otro concepto que surge de la misma raíz y que también debería tomarse con humor pero que ya es igual de políticamente incorrecto, es “Fag Hag”, un modismo de la comunidad LGBT que en español mexicano puede traducirse como “jotera”, pues hace referencia a esas mujeres (por lo regular de cierta edad) que son amigas de hombres gays.

Me parece pertinente poner en la misma balanza a las “hags” y a los “fags” porque tengo la impresión de que mucho del éxito de La sustancia se debe a que encontró a su público entre la comunidad LGBT. Ciertamente no es una película para todo público, pues requiere de una sensibilidad y de un humor determinados para poder apreciarla en su totalidad. Y si hablamos de humor, es bien sabido que los miembros de la comunidad LGBT tienen un alto umbral para la incorrección.

Quizá esta sea otra señal de por qué La sustancia está más cerca de la hagsploitation que del body horror. Imposible negar que es una película con fuertes dosis de sangre y de gore, pero discursivamente está más cerca de algo como Mommie Dearest (1981) que de clásicos del horror corporal como Re-Animator (1985) o Society (1989), pues al igual que aquella trata sobre una actriz en decadencia que se resiste a ser olvidada.

La correlación entre los hombres gay y la popularidad de la hagsploitation se torna problemática por la misma razón que diversas expresiones de la comunidad LGBT le resultan ofensivas a un número de mujeres y feministas, como el arte drag lo es en la actualidad. El sentir de estas mujeres es que ninguna expresión usada para impersonarlas, ridiculizarlas, profanar su imagen o apropiarse de sus códigos debería ser normalizada.

Se nota que Coralie Fargeat disfrutó al llenar su película con referencias al cine de horror y al cine “friki” en general, pero también a la hagsploitation. En La sustancia se adivinan homenajes a Death Becomes Her (1992) o Las brujas (1990), pero también a actrices como Angie Dickinson (Dressed to Kill, 1980), Piper Laurie (Carrie, 1976), Shelley Duvall (The Shining, 1980), Kathleen Turner (Serial Mom, 1994) y Diane Ladd (Wild at Heart, 1990).

Intencional o inadvertidamente, lo cierto es que celebrar este subgénero no le conviene a Coralie Fargeat como discurso, pues mujeres en la crítica de cine insisten en que la hagsploitation explota, precisamente, el cuerpo femenino para provocar asco y ridículo, y no se puede pretender empoderamiento a través de expresiones de falso feminismo.

Para bien o para mal, ya es tendencia. En los últimos años hemos visto estrenos como The Visit (2015), Suspiria (2018), Ma (2019), The Witches (2020), La abuela (2021), Viejos (2022), X (2022), Amelia’s Children (2023), la recién estrenada The Front Room (2024), todas las comedias de Madea e incluso algo como Thelma, una abuela en acción (Thelma, 2024), pues soy de la opinión de que la hagsploitation va más allá del terror. Hay algo en la estridencia de estas películas (realizadas por hombres) que nos regresa al discurso machista de que todas las mujeres son histéricas.

Sobre los gays y su proclividad a admirar a mujeres de edad avanzada, y de cómo el gusto de la comunidad LGBT puede influir en el gusto general, La sustancia no será la primera ni la última vez que suceda. Desde Las aventuras de Priscilla (1994) y musicales como Mamma Mia! (2008), la filmografía de Pedro Almodóvar y RuPaul’s Drag Race, pasando por Absolutely Fabulous (1992) y Agatha All Along (2024) para aterrizar en Paquita Salas (2016) y Wendy Guevara, hoy en día hay un apetito, una necesidad, y me atrevería a decir que hasta cierta ansiedad que sólo puede ser saciada con este tipo de sustancias.

BREVES

Inicia el Festival Internacional de Cine de Morelia, el evento que cada año reúne los títulos más esperados del cine mundial y las nuevas producciones mexicanas. La cita es en la ciudad de Morelia, Michoacán, del 18 al 27 de octubre. Más información en su sitio.

En cines desde el 17 de octubre, estrenos como la comedia Thelma, una abuela en acción, las francesas El conde de Montecristo y La bestia, y la mexicana A cielo abierto.

En plataformas, dos opciones interesantes en Max. Por un lado, llega la película polaca En nombre de la tierra (Chlopi, 2023), un drama de animación de los mismos creadores de Loving Vincent. Y también en el catálogo, la película de misterio Caddo Lake. *Para más información sobre las películas y series comentadas cada semana, visita mi perfil en Letterboxd.

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