Festival de Morelia, una lección de historia
HÍBRIDO

Como crítico de cine y música tiene más de 30 años en medios. Ha colaborado en Cine Premiere, Rolling Stone, Rock 101, Chilango, Time Out, Quién, Dónde Ir, El Heraldo de México, Reforma y Televisa. Titular del programa Lo Más por Imagen Radio. X: @carloscelis_

Festival de Morelia, una lección de historia Festival de Morelia, una lección de historia
Foto: Festival Internacional de Cine de Morelia.

Uno de los aspectos más generosos de la cinematografía internacional es su capacidad de abrir el mundo para los demás y la posibilidad de comparar culturas a través de las historias que nos cuenta. Quizá uno de los mejores lugares para vivir esta experiencia y compartir todo tipo de aprendizajes es un festival de cine.

 En su edición número 22, el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) se ha convertido en un salón de clases, una sala de debates y una auténtica Universidad de la vida. Los temas que se abordan en las películas que conforman la programación de 2024 coinciden en asuntos como la guerra, la religión, la política, el separatismo y la situación general del mundo, pero con una mirada hacia el pasado.

Títulos como September 5, To a Land Unknown o Xoftex presentan a personajes palestinos en ambos extremos de la percepción que existe sobre el conflicto histórico con Israel. Mientras September 5 recuerda la tragedia sucedida en esa fecha de 1972, durante los Juegos Olímpicos de Múnich, cuando un grupo de terroristas secuestraron a deportistas judíos, en To a Land Unknown y Xoftex se intenta retratar el exilio de ciudadanos palestinos a causa de la guerra.

Estas dos películas coinciden a su vez con The Brutalist y Words of War al recordarnos las condiciones inhumanas que padecen los migrantes que viven en campos de refugiados en espera de asilo. Para The Brutalist, que transcurre a finales de la Segunda Guerra Mundial, es solamente el punto de partida para contar una épica sobre László Tóth, un arquitecto judío nacido en Hungría que sobrevivió al Holocausto (aunque el personaje es ficticio).

En la comedia A Real Pain, los actores Kieran Culkin y Jesse Eisenberg interpretan a dos primos judíos que viajan a Polonia para saber más sobre su origen, mientras que en Three Kilometres to the End of the World (ganadora de la Queer Palm en Cannes) vemos las consecuencias del pensamiento conservador en una comunidad cristiana de Rumania. En esa línea, Cónclave muestra la lucha de poderes al interior de la Iglesia Católica.

Pedro Almodóvar se hace las mismas preguntas en su primer largometraje en inglés, La habitación de al lado, en una escena en la que el personaje de Julianne Moore es interrogado por un policía conservador (mismo caso que en Three Kilometres). El célebre director español conecta temas como el neoliberalismo y el calentamiento global para reflexionar sobre aquellas cosas que nos enferman como sociedad, en sentido figurado y literal. Es interesante ver, otra vez, a Moore en una película sobre estos temas (Safe, Still Alice), aunque aquí el papel de la enferma lo realiza Tilda Swinton.

Flow es una historia animada sobre un gato que huye de una gran inundación junto a un grupo de animales muy diverso, y también nos hace pensar en los efectos del cambio climático pues nos recuerda aquellas películas de La era de hielo, donde distintas especies se veían forzadas a migrar para sobrevivir un periodo glaciar. En Flow, esas especies sirven como metáfora de los distintos tipos de personas y para hablar del respeto a la diversidad, y la biodiversidad.

Uno de los grandes estrenos en el marco del FICM 2024 fue Megalópolis, la millonaria producción del director Francis Ford Coppola que no dejó indiferente a nadie y que lo trajo hasta la ciudad de Morelia para reunirse por primera vez con sus fans mexicanos. Y aunque esta película parece alejada de las temáticas que hemos planteado, está emparentada a través del tema del privilegio y de cómo las personas con poder deberían asumir mayor responsabilidad de lo que pasa en el mundo pues participan en la toma de decisiones.

El poder que se corrompe es la raíz de todos los males, y los poderosos se hacen presentes de manera muy protagónica en películas como Anora, la mexicana Pedro Páramo, The Apprentice (sobre Donald Trump), El Jockey o The Brutalist, aunque tienen una presencia muy marcada en casi todas las historias de este año pues se habla de corrupción y de conexiones con el narco que borran la división entre el privilegio y la mafia, y que nos dicen que el crímen organizado se ha convertido en otra forma de poder.

 Así, películas como el “narcomusical” Emilia Pérez o la muy conmovedora Sujo (ganadora en Sundance) muestran el lado más sensible del crímen organizado junto a otras como Pimpinero, 1992, México 86 o The Seed of the Sacred Fig, pues caminan sobre una delgada línea donde la ley, la delincuencia y el activismo político se confunden en un mundo donde las autoridades le han fallado al pueblo y son incapaces de administrar la justicia.

Cuando analizamos todas estas historias e incluso nos salimos de la programación del FICM para buscar coincidencias con otros contenidos y productos culturales de 2024, encontramos estas mismas preocupaciones en series y en películas del circuito comercial. Una serie como Lady in the Lake conecta con la película Origin de Ava DuVernay, e incluso con The Brutalist de Brady Corbet, en su intención por reconciliar a la comunidad judía y la comunidad negra.

Una película como Civil War, que antes parecía una rareza en la cartelera de verano, ahora cobra más sentido cuando entendemos que se están realizando varias películas alrededor del mundo sobre conflictos armados o el colapso de la civilización, y que varias de estas coinciden en colocar a los periodistas y su ética profesional como posibles árbitros de la verdad en tiempos en que las teorías de conspiración nublan el juicio de todos.

La búsqueda de la verdad quizá no sea el centro de todas estas historias pero sí es la intención de muchos de los cineastas que presentaron sus películas en este festival. Y vaya que se ha vuelto necesario abrir estos espacios de reflexión, pues los comentarios del público a la salida de cada función podrían erizar la piel de cualquiera con las interpretaciones más extrañas, la negativa a entender y la resistencia a los hechos.

Aunque, sin duda, la lección más valiosa que nos ha dejado este año el Festival Internacional de Cine de Morelia es que la historia sí importa. Muchas de estas películas parecen querer decirnos que todas las respuestas a lo que sucede en la actualidad están en el pasado, y que es necesario revisarlo si no queremos cometer los mismos errores que otros han cometido, una y otra vez, a lo largo de la historia de la humanidad.

BREVES

Las películas del Festival de Morelia ya empiezan a llegar a la cartelera comercial y varias podrán verse antes de que acabe el año. Desde el 24 de octubre, el estreno de Megalópolis y The Apprentice.

En plataformas, la serie de terror Grotesquerie puede verse en Disney Plus desde el 23 de octubre, mientras a Netflix llega la serie Beauty in Black de Tyler Perry desde el 24 de octubre y la película de suspenso Don’t Move el 25 de octubre.

*Para más información sobre las películas y series comentadas cada semana, visita mi perfil en Letterboxd.

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