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Periodista, escritor y editor. Autor de los libros Norte-Sur y El viaje romántico. Director editorial de purgante. Viajero pop.
X: @ricardo_losi
El cine como derecho
La documentalista catalana Carmina Balaguer aborda la democratización del séptimo arte a través de un proyecto de cine itinerante en una comunidad rural en los Andes de Jujuy, en el noroeste de Argentina.
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La documentalista catalana Carmina Balaguer aborda la democratización del séptimo arte a través de un proyecto de cine itinerante en una comunidad rural en los Andes de Jujuy, en el noroeste de Argentina.
Durante mi más reciente visita a Barcelona, me encontré con la periodista catalana Carmina Balaguer en un bar del barrio de Gràcia para conversar sobre las cosas de las que hablamos siempre que coincidimos: viajes, periodismo, las revista y los libros en papel, el crepúsculo de las redacciones, la precariedad del oficio y el arte de contar historias.
Este último encuentro surgió a partir de la reverencia que le tengo a su faceta como documentalista y el interés en su entrañable mediometraje La pantalla andina, que cuenta la historia de un proyecto de cine móvil que busca democratizar “el derecho de soñar” en una comunidad andina, situada a tres mil metros de altura dentro de la provincia de Jujuy, en el noroeste de Argentina.
“Desde que descubrí la historia, ya no me soltó. Sabía que tenía que contarla de algún modo y pensé en un documental”, me dijo desbordada en emoción, al tiempo que rememoraba el germen del proyecto en el que se embarcó tras mudarse de Buenos Aires a la Quebrada de Humahuaca, inicialmente motivada por retratar la cotidianidad de las mujeres indígenas kolla.
Hablando con Carmina no es difícil advertir que para ella el viaje, más allá de épicas, búsquedas, huidas y conquistas sentimentales, supone una oportunidad inmejorable para entender y reivindicar al otro. La decidida voluntad etnográfica y antropológica de su trabajo le permitió adentrarse en la intimidad de un grupo de niños en la escuela más remota de los Andes jujeños, que implicó desplazarse durante veinte horas a pie montaña arriba.
La hazaña consistió en documentar el periplo de un proyecto de cine itinerante, de Tilcara a Yaquispampa, que busca descubrirle de manera pedagógica el séptimo arte a seis niños de una escuela rural dirigida por Silvina Velázquez, el arquetipo de la mujer de los valles andinos: sensible y al mismo tiempo poderosa.
Uno de los mayores logros del documental es reparar en la tensión que se produce entre la típica idea de desarrollo neoliberal y la de las comunidades rurales en el valle andino. El abrir un camino de carretera que logre conectar la remota Yaquispampa supone una oportunidad siempre y cuando se tenga la anuencia de la Madre Tierra para intervenirla, porque el progreso depredador, indiferente a las costumbres, tradiciones ancestrales e identidad, no es progreso. El lirismo que destila la lente de Carmina nos permite implicarnos en la historia con la misma certeza que tuvieron todos los involucrados en el proyecto: “El cine es un viaje más que nos transforma como sociedad. Vivirlo es un derecho”.