La violencia en el noviazgo mató a mi hija, no quiero que le pase a nadie más: Ximena Céspedes La violencia en el noviazgo mató a mi hija, no quiero que le pase a nadie más: Ximena Céspedes
A raíz del feminicidio de su hija Ana María, Ximena Céspedes creó la Fundación Naná para prevenir la violencia en el noviazgo. Foto: Eduardo Septimo/La-Lista

Ana María Serrano Céspedes tenía 18 años de edad y acababa de iniciar sus estudios universitarios, cuando el 12 de septiembre de 2023 fue víctima de feminicidio al interior de su casa en un fraccionamiento del Estado de México.

La familia de Ana María –sus padres y su hermana– estaban de viaje cuando se cometió el feminicidio. Del número de la joven se envió un mensaje con una advertencia de suicidio, lo que alertó a Ximena Céspedes, mamá de la víctima.

Ximena pidió a un vecino que entrara a su casa para verificar que todo estuviera en orden. Fue él quien le notificó de la muerte de Ana María. De inmediato, Ximena supo que no se trataba de un suicidio, sino de un feminicidio, y que el presunto responsable era Allan “N”, exnovio de la joven.

“Desde ese momento supe que, aunque el mensaje había sido enviado de su número diciendo que ya no quería estar sola, era imposible que Ana María se quitara la vida, y también supe quién lo había hecho, pues ese mismo día el exnovio había pasado a la casa a buscarla y, según la empleada de limpieza, él actuaba muy raro”, detalla Ximena.

A un año y cuatro meses del feminicidio de Ana María Serrano, el juicio contra Allan “N” todavía no comienza. En este lapso, Ximena Céspedes y su familia han enfocado sus esfuerzos en exigir justicia, pero también en la creación de la Fundación Naná, una iniciativa que busca prevenir la violencia en el noviazgo y los feminicidios.

“En el velorio de Ana María una persona se acercó a mí y me dijo: no busques el por qué, sino el para qué. Yo ya no podía salvar a Ana María, la violencia en el noviazgo me la quitó, pero sé que no quiero que le pase a nadie más“, expresa Ximena Céspedes.

‘No conocíamos la violencia de género’

La violencia en el noviazgo mató a mi hija, no quiero que le pase a nadie más: Ximena Céspedes - ana-maria-y-ximena-cespedes
Ana María Serrano junto a su madre, Ximena Céspedes. Foto: IG/@mariaximenacespedes

Ximena describe a Ana María como “una niña brillante, en toda la extensión de la palabra”. Era una joven muy querida por su familia, amigos y profesores, y le iba muy bien en la escuela; su sueño era ser cardióloga y llevaba dos meses en la carrera de Medicina.

En la familia Serrano Céspedes no conocían la existencia de la palabra feminicidio o el concepto violencia de género, hasta que comenzaron a reunir las pruebas para demostrar que ella no se había quitado la vida.

“Había un montón de cosas que nosotros, como papás de Ana María, no vimos. No sabíamos de la existencia de la violencia de género y menos en ese nivel, porque nunca en nuestra familia se vivió. Pero tampoco sabíamos que Ana María había sido sujeta a esa violencia durante y después de su relación, ni que sus compañeros sabían de esa relación tóxica y que incluso mi hija estaba tomando terapia”, confiesa Ximena Céspedes.

Desafortunadamente, dice Ximena, comenzaron a entender todo el círculo de violencia en el que estuvo Ana María hasta después de que se cometiera el feminicidio. Ahí estaban las señales, como el hecho de que Allan le mandara muchos regalos cada vez que perdía el control de sus emociones y la agredía.

Los “hubiera” estuvieron presentes en la familia durante mucho tiempo. Y cada vez que Ximena contaba la historia de su hija, aparecía alguien que también había sufrido violencia por parte de su pareja, entonces comprendió que había un patrón.

“Comenzamos a estudiar y conversar con gente experta en estos temas, y vimos que el círculo de la violencia comienza de pronto con un grito, con un jaloneo, con bromas hirientes, y de ahí pasa a la etapa de agresiones físicas y el pedir perdón. Y estos ciclos de violencia generalmente comienzan en el noviazgo y prevalecen entre los más jóvenes”, dice.

Prevenir la violencia en el noviazgo para salvar vidas

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La Fundación Naná surgió como un esfuerzo para prevenir la violencia en el noviazgo. Foto: Facebook Ximena Céspedes

Después de que la familia de Ana María entendió la violencia de género, supo que no quería que ninguna otra joven muriera por esta causa, y la forma en que podrían lograr esto sería a través de la concientización, la prevención y dotar de herramientas.

“Muchos de los que somos conscientes de esa violencia es porque la vivimos, pero eso no quiere decir que hayamos tenido las herramientas. Así que a través de la historia de Ana María buscamos hacer conscientes a las personas de que no importa la raza ni clase social, la violencia en el noviazgo puede estar presente y debemos tener las herramientas para afrontarla”, señala Ximena.

De pronto, el objetivo de vida de Ximena Céspedes se convirtió en que ninguna otra joven fuera víctima de feminicidio, así que en julio de 2024 constituyó la Fundación Naná –en honor a Ana María Serrano–, como un referente de concientización sobre la violencia de género en el noviazgo.

Desde su fundación a la fecha, la Fundación Naná ha dado alrededor de 30 capacitaciones en escuelas y espacios de trabajo enfocadas en señalar las alertas de violencia en el noviazgo y qué hacer cuando estas son detectadas. La información que proporciona contiene un código QR que dirige a las personas a la página de internet de la fundación, por si la persona necesita un abogado, un terapeuta o más herramientas.

De la mano de organizaciones civiles, la fundación ha llevado a escuelas públicas y privadas del Estado de México un “kit de primeros auxilios” ante la violencia en el noviazgo. Incluso, su última capacitación estuvo dirigida a más de 390 estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y para marzo de 2025, estaría publicando un curso en línea con mayores herramientas para prevenir casos como el de Ana María.

“Lo que estamos tratando de hacer es concientizar, educar y generar justicia dentro de este círculo de violencia de género en el noviazgo. La fundación por supuesto está dirigida a las jovencitas, pero también le hablamos a los padres de familia, a los docentes, al personal de enfermería de las escuelas, a los terapeutas de nuestros hijos, a todo el entorno de los jóvenes, tanto de quienes sufren violencia como de los que la ejercen”, puntualiza Ximena Céspedes.

La mujer sabe que para erradicar la violencia de género se requiere un cambio cultural, lo que conlleva un trabajo arduo y constante, pero se dice satisfecha si su Fundación al menos logra “salvar la vida de una, de dos o de tres mujeres”.

Una madre que le habla a los probables agresores y su círculo cercano

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Ana María tenía 18 años cuando fue víctima de feminicidio. Era estudiante de medicina. Foto: IG/@mariaximenacespedes

Antes del feminicidio, Allan había enviado una carta a Ana María, en la cual se presentaban las cinco alertas de violencia de género en el noviazgo que difunde la Fundación Naná. La primera alerta se manifestó en un deseo inmenso de control; la segunda, en celos indiscriminados; la tercera en un intento por aislarla de su circulo de amigos y familia; la cuarta en el menoscabo a su persona; y por último, la quinta fue la culpa, pues la hacía responsable de los cambios de temperamento que él tenía.

“Cuando la víctima está en este círculo de violencia, se enfoca todos los días en que él no se enoje, y eso era lo que pasaba con Ana María. En esa carta, Allan le manifestó que sabía que estaban en una relación tóxica, que él entendía que lo hubiera terminado, porque sabía que perdía el control, pero que su temperamento eran a causa de los celos que ella le provocaba y que la quería muchísimo. Esa carta tenía todas las alertas y no las vimos”, lamenta Ximena.

Ximena Céspedes enfatiza que no solo le pesa el feminicidio de su hija, sino que Allan también perdió la vida que tenía por delante solo por no poder tener el control de sus emociones.

“Él tendría que estar estudiando en el extranjero como todos los demás amigos de su generación, disfrutando la vida, en vez de haber tenido un momento de ira y haber matado a Ana María. Por eso nos interesa enseñarle a otros jóvenes a que puedan perder su vida por celos irracionales, por no pedir ayuda”, agrega.

Con el trabajo de la Fundación Naná, Ximena Céspedes trata de enseñarle a los hombres que es posible detectar en ellos mismos signos de violencia hacia sus parejas. También se dirige a los padres de los probables agresores y a sus abogados, que encubren este tipo de violencias y crímenes.

“Los padres de Allan, así como de la mayoría de los agresores que están en la cárcel, son parte del problema y no de la solución. En vez de ayudarnos a que este muchacho se responsabilice por lo que hizo, le pagan abogados para retrasar el proceso, pretendiendo que en algún momento pueda quedar en libertad. Lo que queremos es que cualquier padre que tiene un hijo agresor entienda que hay problema emocional, que lo ayude y nos ayude”, comenta.

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Ana María fue víctima de feminicidio en 2023 por parte de su exnovio, en el Edomex. Foto: Instagram @mariaximenacespedes

Ha pasado un año y cuatro meses del feminicidio de Ana María. A Ximena Céspedes le sigue pesando no haber detectado las alertas de violencia que vivía su hija, pero también sabe que aunque las hubiera notado, quizás no tenía las herramientas para hacerles frente.

Ahora, Ximena impulsa la fundación para rendirle homenaje a su hija, a quien siente cerca cada que previene el delito de feminicidio.

“A mí me encantaría que si un día vuelvo a ver a Ana María, me diga ‘estoy orgullosa de ti’, porque yo no la pude salvar, pero estoy tratando que otros papás sí tengan las herramientas para salvar a sus hijas. Esa es mi mayor preocupación, que al final de todo esto Ana María me diga que está orgullosa de mí”, expresa Ximena Céspedes.

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