El mole es como un edificio barroco: Ángeles González Gamio
La experta contó que una de las riquezas de nuestra cocina deriva es que se trata del punto de unión de tres continentes.
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La experta contó que una de las riquezas de nuestra cocina deriva es que se trata del punto de unión de tres continentes.
La gastronomía mexicana es una de las más apreciadas en el mundo, pero también una de las más complejas. Tal es el caso del mole, que para Ángeles González Gamio es tan profundo como una edificación del barroco.
El comentario de la cronista mexicana formó parte del ciclo La arquitectura y las artes, coordinado por el arquitecto Felipe Leal, en El Colegio Nacional.
Durante su ponencia, la especialista sostuvo que la diversidad de formas de preparar este alimento son como el retablo de La Enseñanza
“En el siglo XVII es cuando se va a forjar la comida mexicana y esa parte también es una expresión del barroco, una mentalidad que se reflejaba en todos los aspectos de la vida, con esa arquitectura abigarrada y, así, es un mole, una mezcla dulce, amarga, salada: todos los sabores que se imaginan”, dijo Ángeles González Gamio.
La calificación de la especialista profundizó en que al igual que en la iglesia barroca, este platillo cuenta con una gran cantidad de ingredientes, algo que también se ve en la literatura, “en la poesía de sor Juana, de Sigüenza y Góngora, que son así, difíciles de leer porque están llenos de elementos”.
González Gamio recordó que la cocina mexicana desde la época prehispánica, los ingredientes se fusionaron con los traídos por los españoles de Europa y los que llegaban a través de La Nao de China de Oriente para dar paso a una identidad a través de la comida.
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“¿Por qué es tan riquísima nuestra cocina? Porque se va a formar con ingredientes y formas de cocinar de tres continentes, eso es algo único: maíz, tomate, chile, calabaza, frijol, aguacate, aves, todas las que se imaginen, estábamos rodeados de aves, y todo lo que había en las aguas, peces, ranas, ajolotes; las montañas que tenemos alrededor eran bosques, ahí había venado, armadillo, liebres, había muchísima comida, y, un elemento que era fundamental, las chinampas“, dijo.
Felipe Leal consideró que la arquitectura y la gastronomía comparten muchos aspectos en común, como tener experiencias multisensoriales que marcan indeleblemente nuestros recuerdos.
El ciclo La arquitectura y las artes continuará durante el próximo año bajo la coordinación del arquitecto Felipe Leal para El Colegio Nacional.